Más de 250 mil personas en situación de movilidad humana han sido atendidas por la Cruz Roja Ecuatoriana desde agosto de 2018, cuando se declaró estado de emergencia humanitaria debido a la migración masiva de ciudadanos venezolanos al país. Solo en Pichincha, se ha atendido a más de 6330 personas, según datos de la institución.
Durante más de un año, la Cruz Roja se ha convertido en un apoyo para todos los migrantes que llegan al país, ya sea con el objetivo de quedarse o de transitar hacia otro destino.
Durante el 2018, ingresaron un millón de ciudadanos venezolanos al Ecuador, según datos del Gobierno Nacional. Este año el flujo migratorio también es alto. Muchos de los viajeros realizan su camino en condiciones de vulnerabilidad, por lo tanto, requieren de ayuda humanitaria. Es ahí donde actúa la Cruz Roja, explicó Gabriela Rodríguez, coordinadora de Principios en la Cruz Roja en Pichincha.
Una de las líneas de acción de esta institución es asistir a las personas en situación de movilidad humana. “La ayuda consiste en brindar primeros auxilios básicos; restablecimiento del contacto familiar mediante llamadas telefónicas, carga de baterías móviles y acceso a internet; apoyo psicosocial y, además, se entrega a los viajeros kits de aseo, nutricionales, viajeros y lúdicos que puedan servir de ayuda en el viaje”, dijo Rodríguez.
Durante el año que ha transcurrido, la Junta de Pichincha ha brindado más de 2908 llamadas para el restablecimiento del contacto familiar, 845 atenciones en salud, 1684 atenciones en apoyo psicosocial, 899 entregas de kits de ayuda humanitaria, entre otras atenciones.
La labor que realiza Cruz Roja se sostiene gracias a los voluntarios que de forma desinteresada dedican su tiempo a la labor humanitaria. La Junta de Pichincha cuenta con más de 800 voluntarios capacitados para realizar diferentes actividades. “Es importante aprender cómo brindar una atención adecuada a las personas en situación de movilidad antes de ponerse manos a la obra”, contó Rodríguez.
Cuando se necesita apoyo en la frontera norte por una ola migratoria, voluntarios de Pichincha viajan hasta allí para atender a quienes lo necesitan. Carlos Cepeda lleva 18 años como voluntario de Cruz Roja, ha estado en Carchi y Sucumbios brindando atención humanitaria. “Allí todas las personas que llegan necesitan ayuda, sea un kit de alimentos o una llamada, buscar un familiar que está perdido mucho tiempo o tal vez se te acercan a solicitar algo simple, pero tú sientes que esa persona necesita más, necesita un abrazo, necesita conversar con alguien y desahogarse y le brindamos apoyo psicosocial”, explicó Cepeda.
Para Carlos es importante estar preparados, porque el trabajo en la frontera es duro. Sin embargo, una vez se atiende a las personas allí, cuando continúan el viaje y llegan a Pichincha saben que la Cruz Roja les va a apoyar. Además, cuenta que los voluntarios que dedican su tiempo a la labor humanitaria son personas que tienen pasión por el trabajo que desarrollan, amor por ayudar a los demás y respeto por lo que la Cruz Roja significa.
En la capital existen dos puntos donde los migrantes pueden recibir los beneficios que la Cruz Roja ofrece: jueves y sábados en el terminal Quitumbe al sur de Quito y los viernes en la Fundación Nuestros Jóvenes al norte de la ciudad.
El trabajo que la Cruz Roja realiza para enfrentar la emergencia en movilidad humana, que existe desde hace más de un año, cuenta con el apoyo de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO), Cruz Roja Española y el Gobierno del Principado de Asturias.